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Copias de seguridad: tipos, métodos y consejos prácticos

Copias de seguridad tipos, métodos y consejos prácticos
Hacer copias de seguridad o backups de nuestros datos es una de las tareas más importantes que debemos llevar a cabo para proteger nuestra información. Perder datos por un fallo técnico, un virus o un accidente puede tener graves consecuencias. En el caso de empresas, la pérdida de datos cruciales puede significar pérdidas económicas o, incluso, el fin de la actividad. Por ello, es fundamental que todos -particulares y empresas- tomemos medidas para respaldar nuestra información de forma periódica. Veamos qué tipos de copias de seguridad existen, los métodos para realizarlas y algunos consejos prácticos al respecto.

¿Qué encontrarás en este artículo?

Tipos de copias de seguridad

Existen dos tipos principales de copias de seguridad:

  • Copia de seguridad completa: consiste en duplicar todos los datos importantes periódicamente. Este método permite restaurar el sistema completo en caso de fallo, pero requiere mucho espacio de almacenamiento.
  • Copia de seguridad incremental: sólo se copian los archivos que han cambiado desde la última copia. Requiere menos espacio, pero para restaurar hay que tener todas las copias incrementales anteriores.

Métodos para realizar copias de seguridad

Los métodos más utilizados para respaldar nuestros datos son:

  • Unidades de almacenamiento externas: discos duros externos, memorias USB… Permite guardar copias físicas de forma sencilla.
  • Servicios en la nube: Google Drive, Balui Cloud, iCloud, Dropbox… Ofrecen almacenamiento remoto automatizado. Hay que tener conexión a internet.
  • Software de copias de seguridad: permiten programar y automatizar las copias incrementales o completas. Ejemplos: Time Machine en Mac o Cobian Backup.
  • Servidores NAS: dispositivos de almacenamiento en red doméstica. Pueden configurarse para hacer copias de seguridad automáticas.

Consejos prácticos

Sea cual sea el método, conviene tener en cuenta estas recomendaciones:

  • Automatizar las copias, para no tener que recordar hacerlas manualmente. Así se evitan olvidos.
  • Guardar copias de seguridad en ubicaciones separadas, mejor en lugares externos, para protegerse en caso de robo o incendio.
  • Encriptar los datos confidenciales antes de la copia. Esto los hace ilegibles en caso de acceso no autorizado.
  • Probar periódicamente que se puede restaurar la copia, para asegurarse de que es válida y funciona.
  • Rotar las copias antiguas, borrando las más antiguas cuando el dispositivo se llene. Así se limita el espacio ocupado.
  • Documentar el proceso de copias de seguridad, para poder recuperar los datos en caso de emergencia.
  • Revisar cada cierto tiempo los dispositivos de almacenamiento, para anticipar fallos o deterioro.

En conclusión, proteger nuestros datos mediante copias de seguridad regulares, en dispositivos fiables y ubicaciones seguras, es una acción imprescindible tanto para particulares como para empresas. Tomándonos el tiempo para establecer un buen sistema de respaldo y probarlo periódicamente, podremos tener la tranquilidad de que nuestra información está protegida ante cualquier contratiempo.

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Luis Baile
Técnico en ciberseguridad
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